viernes, marzo 02, 2012

Círculo de Lectura para Niños El Conejo y el Mapurite

La Biblioteca Pública de la Casa de la Cultura en Cancún, invita a los niños de 6 a 13 años de edad para asistir al círculo de lectura el sábado3 de Marzo a las 12 del día, con la lectura "El Conejo y el Mapurite", cuento Guajiro  de editorial Ekaré.
Como es costumbre la bibliotecaria señora María Isabel Flota Medrano nos adelanta: "Cuentan los ancianos de la Guajira que el Mapurite era el mejor curandero de aquellos viejos tiempos en que los animales eran como los hombres de hoy.
Un día, el Mapurite cogió camino hacia Rio Hacha para curar a un enfermo a quien se le había metido un mal espíritu en los pulmones que le hacía toser y doler el pecho.
Iba caminando de Este a Oeste, cuando se encontró con el Conejo que venía de Oeste a Este.
-Ahá, curandero. ¿A dónde vas con tanta prisa?
-Voy a Rio Hacha a curar a un enfermo. Y tú, ¿hacía dónde vas?
El Conejo dio dos brincos y dijo:
-Pues… hacia donde me lleve el camino, de aquí para allá.
De Occidente a Oriente, al Jorrottuy donde brilla el sol naciente.
-Ahá, ¿sí? –respondió el Mapurite sin mirarlo porque tenía unos ojos chiquiticos y casi no podía ver.
-Oye, viejo –dijo el Conejo_, ¿no tienes por casualidad un tabaquito para mascar y entretenerme por el camino?
-Pues sí tengo, amigo.
Y metiendo la mano en su bolso, el Mapurite le dio tamaño tabaco para que fumara y mascara,
Entonces se separaron.
El Mapurite siguió camino a Occidente  y el Conejo se fue contento con su tabaco. Hizo como si se alejaba, pero le dio vuelta a una loma y volvió a caer en el mismo camino, delante del mapurite.
Cambiando la voz, dijo al Conejo:
-Hola, curandero. ¿Adónde vas con tanta prisa?
-Voy a Río Hacha a curar un enfermo –respondió el Mapurite pestañeando.
-¿Y qué se dice por el camino que has recorrido, viejo?
-Pues, nada. Sólo me encontré hace un rato con un conejo que sigue tu mismo camino.
-Lo alcanzaré para que me sirva de compañero –dijo el Conejo-.
Pero, por casualidad, ¡no tienes un tabaco que me regales?
El Mapurite metió la mano en su bolso y le regaló un tabaco.
Entonces se separaron.
Pero en cuatro saltos el Conejo dio vuelta a otra loma y volvió a presentarse delante del Mapurite.
Esta vez el Conejo remedó la voz temblorosa de un viejo:
-Me complace verte, anciano, residuo de los tiempos idos. Soy un viejo achacoso que desea recordar sus primeros días.
El Mapurite se sintió muy contento al oír estas frases y quiso conversar de las andanzas de su juventud.
Levantó la cabeza, pero con sus ojos chiquiticos como dos pulguitas casi no podía ver a quien le hablaba.
¿Les gustaría conocer más de esta historia?
Asistan este sábado y comparan el círculo de lectura.
La entrada es libre.
Secretaría de Cultura/Casa de la Cultura de Cancún/Boletín de Prensa 2 marzo 2012/casadelaculturadecancun@yahoo.com.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario