La Biblioteca Pública de la Casa de la Cultura en Cancún, invita a los niños de 6 a 13 años de edad para asistir al Círculo de Lectura el sábado 14 de abril a las 12.00 del día con el cuento "Guillermo y el miedo".
Como es costumbre la bibliotecaria señora María Isabel Flota Medrano nos adelanta: "Había una vez un niño llamado Guillermo, quien tenía dos grandes problemas.
El primer problema era que cada noche le daba miedo. En cuanto llegaba la noche, negra como un cuervo, le daba un miedo terrible. Entonces su corazón latía muy rápido, se le hacía un nudo en la garganta y sus manos y rodillas comenzaban a temblar. De repente le daba un gran frío en la barriga, como si se hubiera tragado cien cubitos de hielo.
¿De qué tenía tanto miedo Guillermo por la noche? Ni él mismo lo sabía. Cuando el terrible miedo lo asaltaba, no podía pensar en ello.
La verdad es que no podía pensar con claridad en nada. Él sólo sentía que en algún lugar de la oscuridad algo andaba al acecho, y ese algo era terriblemente malo y malvado…y quería hacerle daño.
El segundo problema del pequeño Guillermo era que mentía a sus papás: se hacía pasar por un Guillermo que nunca tenía miedo y que no se asustaba de nada. ¡Ni siquiera de la noche negra como un cuervo! Porque Guillermo creía que sólo los bebés tienen miedo. ¡Con seis años y siendo además un niño, si uno tiene miedo, todos creen que es tonto y se ríen de él!
Guillermo no quería que lo tomaran por tonto. Y no quería que se rieran de él. Pero a Guillermo no le resultaba fácil ocultar su miedo. Le costaba un gran esfuerzo.
_ Guillermo, el supermercado va a cerrar, - le dijo su mamá cuando ya era de noche -. Cariño, baja por seis huevos, cuatro bollos y un litro de leche.
¡Pero afuera estaba muy oscuro!
¡Y para ir al supermercado tendría que pasar al lado del parque…!
No es que estuviera totalmente oscuro: había postes de luz a lo largo del parque. Pero éstos empeoraban las cosas porque el castaños, las lilas y los rosales adquirían un aspecto aterrador bajo la débil luz de los postes.
Resultaban totalmente distintos a como eran bajo la luz del sol. Y la torre para trepar y la res baladilla parecían gigantescos y abominables monstruos.
Una vez, Guillermo intentó pasar al lado del parqué, de noche, para ir al supermercado. Pero sólo pudo andar un par de metros. De repente, escuchó un extraño ruido."Seguro que es sólo el viento soplando entre los árboles, o a lo mejor un mirlo que duerme y silba en sueños", se dijo Guillermo, intentando convencerse a sí mismo. Pero eso no lo ayudó y no pudo dar ni un paso más.
Se dio la vuelta y corrió hacia su casa más y…" quieren saber que pasará.
Asistan el sábado a la Biblioteca de la Casa de la Cultura de Cancún y se los cuentan.
La entrada es gratis.
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