La Biblioteca Pública
de la Casa de la Cultura en Cancún, invita a los niños de 6 a 13 años de edad
para asistir a La Hora del Cuento el jueves 6 de diciembre a las 12 del
día con la lectura “Billy y el vestido
rosa”, de la autoría de Anne Fine de editorial alfaguara.
Como es costumbre la
bibliotecaria señora María Isabel Flota Medrano nos adelanta: “Empieza un día
horrible.
Cuando Billy Simón se
despertó el lunes por la mañana, descubrió que se había convertido en una niña.
Estaba todavía
delante del espejo mirándose, asombrado, cuando entró su madre como un
torbellino.
_ ¿Por qué no te
pones este vestido rosa tan mono? _preguntó.
_ ¡No llevo nunca
vestidos ¡ _ exclamó Billy indignado.
_Ya lo sé _dijo su
madre_ .Es una verdadera lástima.
Ante el asombro de
Billy, y antes de que tuviera tiempo de
protestar, le había metido el vestido por la cabeza y subido el cierre del
costado.
_Abróchate tú los
botoncitos de nácar _le dijo_. Son un poco latosos y a mí ya se me está
haciendo tarde para ir a trabajar.
Y salió con la misma
rapidez con la que había entrado, dejándole desconsolado delante del espejo, en
el que se reflejaba una niña con su mismo pelo rizado color zanahoria y un
vestido rosa con frunces y botoncitos de nácar, que le miraba con la misma cara
de desconsuelo.
_No puede ser _se dijo Billy_.!No puede ser ¡
Salió de su cuarto
justo cuando pasaba su padre a la carrera. También se le había hecho tarde para
el trabajo, pero se inclinó y le plantó un beso en la mejilla.
_Adiós, cielo _dijo, revolviéndole los rizos_. Hoy vas más
elegante que nunca. Pocas veces te vemos con un vestido, ¿no es cierto?
Bajó corriendo las
escaleras y salió de la casa tan deprisa que no pudo ver la cara de Billy ni
oír lo que mascullaba.
Bella, la gata, no
pareció notar ninguna diferencia .Exactamente igual que siempre, ronroneando,
restregó contra sus tobillos su cuerpo suave y peludo.
A continuación, Billy
se puso a desayunar sus cereales con leche como de costumbre, convencido de que
todo aquello era inevitable. Luego salió de casa a la misma hora de todos los
días. No tenía otra alternativa. A pesar de que todo era muy raro, las cosas
sucedían con total normalidad, como en un sueño.
¡O a lo mejor era una
pesadilla ¡ Porque en la esquina estaba la pandilla de los chicos del colegio
rival. Entre ellos, Billy pudo recocer a uno al que llamaba Manu Matón, con su
chamarra de cuero negro claveteada.
“Me parece que voy a
ir por el camino largo, dando un rodeo –pensó Billy _. No quiero involúcrame en
una estúpida pelea con ellos como la semana pasada, que me dieron patadas en
los tobillos y me hicieron polvo”.
Justo entonces, Billy
oyó el silbido más agudo que pudiera imaginarse. Se volvió para ver de dónde
venía semejante sonido y entonces se dio cuenta de algo horrible: ¡el silbido
de Manu iba dirigido a él!
Billy se puso tan
colorado que sus pecas desaparecieron. Se sintió…”.
¿Les gustaría saber
que pasará?, asistan y comparte La Hora del Cuento en la Biblioteca Pública de
la Casa de la Cultura en Cancún y descubre que guarda esta historia.
La entrada es libre.
Secretaría de Cultura/Casa de la Cultura de Cancún/Boletín de Prensa 6 diciembre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario