CANCÚN, 9 de abril de 2013.- El Gobierno del Estado de Quintana Roo, a través de la Secretaría de la Cultura invita a los niños para asistir a la Hora del Cuento en la Biblioteca Pública de la Casa de la Cultura en Cancún, el jueves 11 de abril a las 5 de la tarde, con el cuento "Murmullo bajo mi cama", de la autoría de Jaime Alfonso Sandoval de la Editorial SM.
Como es costumbre la bibliotecaria señora María Isabel Flota Medrano acompañada de la señora Gerónima López Gómez nos adelanta: "Debajo de la cama de Julio vivía un monstruo peludo de manos azules largas uñas amarillentas.
Julio lo conocía muy bien porque lo había oído en varias ocasiones.
Sus padres no le creían.
Nunca le creían nada.
Aseguraban que era su imaginación, que veía demasiada tele…
¿Y es que ser niño no es fácil.
Nadie lo tomaba en serio.
¿Pero acaso eran imaginación las risitas que escuchaba a media noche?
¿Y los gruñidos?
Estos últimos lo atemorizaban más, incluso le hacían gritar.
Entonces su padre iba malhumorado a insistirle en que había sido un sueño, y revisaba debajo de la cama.
Claro, no había nada, pero eso no disminuía el peligro, pues es de todos conocido que los monstruos pueden hacerse invisibles a voluntad.
En las mañanas, Julio encontraba la prueba: un calcetín masticado, cubierto de baba.
_Es cuestión de cerrarle el paso.
_le aseguró un amigo en la escuela.
_¿Cerrar el paso? ¿Qué es eso?
_preguntó temeroso Julio.
_Al parecer, tu monstruo hizo un agujero.
Métete debajo de la cama: ahí encontrarás un hoyo.
Debes cerrarlo, eso es todo.
Yo así me deshice del mío.
¿Meterse debajo de la cama?
De sólo pensarlo, Julio sintió escalofríos.
Esa noche el monstruo estuvo más latoso que de costumbre:
Hubo murmullos, rasquidos e incluso algunos silbidos.
¡Estaba llegando demasiado lejos!
Fue imposible conciliar el sueño con tanto ruido.
A la mañana siguiente, Julio se armó de valor y decidió meterse debajo de la cama.
Como previó su amigo, encontró un agujero negro y fétido.
Asomó con cuidado la cabeza.
Lo que vio lo dejó impresionado.
Del otro lado había una habitación, bastante fea por cierto.
Una chimenea de piedra iluminaba grandes cuadros con retratos de personajes de tres cabezas.
Había lámparas con calaveras y murciélagos de juguete colgando del techo.
Julio no pudo evitar exclamaciones de sorpresa y algo de risa por lo ridículo del lugar.
Entonces escuchó un lamento:
_ ¡Mamá, creo que hay un humano debajo de la cama! _chilló una vocecita chiclosa.
_respondió otra voz igual de extraña-.
Los humanos no existen.
-Estoy seguro insistió la vocecita-.
Está debajo de mi cama, puedo oírlo, mamá, me da miedo
Te cayeron mal los gusanos de la cena, por eso tienes pesadillas…".
¿Les gustaría saber más? Asistan este jueves a la Biblioteca Pública de la Casa de la Cultura en Cancún y se cuentan. La entrada es gratis.
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