El martes 21 de agosto, la Casa de la Cultura de Cancún presentará a las 20.00 horas, "Café Lumière" (Japón-China, 2004) como parte del Ciclo: "Japón, Kurosawa y sus herederos", que coordina Rafael Fernández Pineda.
Ficha Técnica:
Director: Hou Hsiao-Hsien
Guión: Hou Hsiao-Hsien & T'ien-wen Chu
Música: Yousui Inoue
Fotografía: Pin Bing Lee
Reparto: Yo Hitoto, Tadanobu Asano, Masato Hagiwara, Kimiko Yo.
Producion: Taiwán-Japón
Sinopsis:
La joven Yôko, (Yo Hitoto) al descubrir que esta embaraza, se involucra en la tradicional controversia: la discrepancia entre la educación tradicional de sus padres y su afán de vivir su vida a su manera, de tomar sus propias decisiones. A esto se agrega el trabajo personal de la protagonista de encontrar el mítico Café Lumière, lugar de reunión de un legendario y afamado compositor.
Comentario:
Poético homenaje del taiwanés Hou Hsiao-Hsien al realizador japonés Yasujiro Ozu. Hacer un simple homenaje sería digno de un cineasta menor y no del que posiblemente sea el cineasta más importante del cambio de siglo. El hecho mismo de hacer una película basada en el mundo de otro cineasta indica una posición de respeto, pero no es el homenaje rancio, estéticamente vacío que estamos acostumbrados a ver. Hou Hsiao-Hsien cree en la validez del cine de Ozu. Busca al director japonés en sus encuadres, viaja hasta su mundo para encontrarlo. ¿Por qué? Porque Ozu es la esencia misma de la vida. Es el amor, el respeto, la risa, la alegría. Aún siendo sus películas otoñales y profundamente pesimistas en su resolución, es fácil sentirse desbordado como espectador ante ese mundo y esos personajes que el gran maestro mostró en sus películas.
Kurosawa admiraba a Ozu por la perfección y la manera meticulosa de matizar a los personajes, de hacerlos creíbles, "reales", Akira confesó que aprendió mucho de él pero, deliberadamente, decidió que sus protagonistas fueran lo contrario: fantasía y simbolismo. Lo genial fue que encontró la liga entre la veracidad y ficción, tomando lo que "necesitaba" de la técnica del maestro Ozu para humanizar a sus personajes.
Hou Hsiao-Hsien, en su anterior film, Millennium Mambo, nos mostraba una sociedad completamente deshumanizada, que avanzaba sin rumbo fijo hacia la total pérdida de identidad. HHH echa la vista atrás y encuentra en Ozu una opción estética comprometida contra la deshumanización. El conflicto entre padres e hijos se traduce ahora como incomunicación, dos generaciones que no se enfrentan, simplemente no se entienden. La protagonista se pasa toda la película intentando encontrar un pasado concreto, visible o tangible, en un Tokio tecnificado y donde los trenes parecen ser un refugio espiritual. La búsqueda de ese Café al que asistía el famoso compositor tiene que ver con la necesidad de reencontrarse con ese pasado del que fue apartada al ser abandonada por su madre. De nuevo vuelve a surgir el problema de esa pérdida de identidad, pero mientras los adolescentes de Millennium Mambo parecían poco conscientes de ello, Yoko va tomando conciencia, aunque sea de forma indirecta. Pero esa búsqueda no es solo la de una mujer en una ficción, sino también la búsqueda de un director que busca las raíces del cine, sus propias raíces para seguir avanzando. Avanzar sí, pero sin dejar de mirar atrás.
Pero de todo esto y más, platicaremos este martes, desde las 19:00 horas, en la cafetería de la Casa de la Cultura. Como siempre, la proyección de esta bella película inicia a las 20:00 horas en punto. Le esperamos en compañía de su familia. No falte usted.
Secretaría de Cultura/Casa de la Cultura de Cancún/Boletín de Prensa 21 agosto 2012/ casadelaculturadecancun@yahoo.com.mx
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