Por Raúl Espinosa Gamboa
La Cultura tuvo su origen desde épocas remotas. En la medida que la humanidad se fue expandiendo, sus necesidades creadas para asegurar su existencia permitieron grandes transformaciones, aunque de manera lenta, si en forma recíproca a su ubicación en el planeta.
El paso del hombre por diferentes períodos de la historia de su existencia, consintió otras formas de actividad económica que van evolucionando con el tiempo y permitió el surgimiento de los pueblos -como nación históricamente definida- consolidó sus expresiones (idioma, escritura, expresiones artísticas, etc.), sus herramientas de trabajo como instrumentos de su propio progreso, su medio ambiente, etc., y dio lugar a toda una estructura de convivencia, que en cada período reflejó los niveles logrados, desarrollando a la vez lo que se denominó cultura popular.
En tales condiciones su proceso permitió la definición de sus condiciones, entendiéndose por "Nación a un conjunto estable de hombres unidos por la comunidad de lengua, territorio, vida económica y algunas peculiaridades de la sociología social, afianzada en los rasgos específicos de la cultura del pueblo correspondiente, que la distinguen de los demás pueblos".
El desarrollo posterior, no sólo consolidó a las naciones como comunidades económicas, sino estableció vínculos económicos entre las demás naciones, que necesariamente tiene un carácter político y no pueden dejar de adquirir, como regla general, el carácter de relaciones entre las naciones. En la vida espiritual de la sociedad, el quehacer cultural genera varios tipos de actividad, especialmente en la creación artística, la literatura y la recreación de la cultura que tienen en su naturaleza una forma nacional.
La cultura es parte del patrimonio nacional y por ello es inalienable. Reiteramos que al Estado (insistimos en que no hay que confundir al Estado con el gobierno o la ubicación geográfica) le corresponde la rectoría en los objetivos y estrategias para la preservación, fomento, difusión, estímulo y promoción de la cultura; el impulso y resguardo de las manifestaciones de la cultura estatal, regional, local y la de los grupos indígenas asentados en el territorio local; para formular la política cultural del Estado, que sin desmembrar o desarticular el patrimonio cultural que pertenece a todos los mexicanos, ni debilitando sus instituciones que pongan en riesgo al mismo, apegándose a lo dispuesto por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la propia del Estado de Quintana Roo.
Qué es el Patrimonio Cultural
En términos generales el patrimonio cultural son "los testimonios históricos y objetos de conocimiento que continúen la tradición histórica, social, política, urbana, arquitectónica, tecnológica, ideológica y de carácter económico de la sociedad que los ha producido", los que a la vez cuentan o requieren de reconocimiento oficial como tales.
El Patrimonio Cultural, de la misma manera, los podemos dividir en objetivos y subjetivos, en materiales y espirituales, pero para una definición más sencilla tenemos los Intangibles entre los cuales se encuentran: el Folclor, las Costumbres, los Rituales, las Danzas, Religiones, por eso también los dividimos en objetivos y subjetivos.
Los bienes tangibles los componen los Muebles, las Artesanías, Mobiliarios, Testimonios documentales, Instrumentos musicales, Indumentaria, Pintura, Escritura, Cerámica, Orfebrería, Fotografía, Video y cinematografía.
Son también bienes tangibles los Inmuebles, como son arquitectura civil, religiosa, militar y funeraria; las zonas históricas y culturales; Ciudades y sitios históricos; las zonas arqueológicas; las reservas y paisajes. Todos estos deben ser declarados propiedad exclusiva de la Nación y por lo tanto, invendibles, inembargables e inalienables.
Fortalecer la Secretaría de Cultura y no remplazarla por una institución ya superada es indispensable para el cumplimiento de estas tareas… pero de esto hablaremos en otra ocasión.
fuente: Raúl Espinosa raesgam@yahoo.com.mx
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