La Biblioteca Pública de la Casa de la Cultura en Cancún, invita a los niños de 6 a 13 años de edad para asistir a la Hora del Cuento el jueves 2 de enero a las 5 de la tarde con el cuento "Monstrico" de la autoría de Raquel Coelho e ilustraciones de Bruno González.
Como es costumbre la bibliotecaria señora María Isabel Flota Medrano acompañada de doña Gerónima López Gómez nos adelanta:
"El monstruo: Habían pasado unos diez días de mucha paz y entonces él empezó a comer mucho, empezó a comer todo lo que era bueno y bonito, empezó a comer pasto, frutas y piedritas".
¿¿¿Piedritas???
"Pues claro, como era monstruo, comía piedras, por eso era gordo. Comía nubes porque era alto, altote altísimo, y comía árboles porque, en realidad, ése era su plato preferido".
"Pero ahora, después de diez días despierto, un largo bostezo salió de su boca y se acordó: "Dios mío, hace ya más de diez días que no duermo…".
"Y como el sueño de un monstruo grande también es un sueño grande, se fue acurrucando despacito, acomodándose aquí y allá, y ahora podría dormir tal vez diez, días, tal vez un mes y quién sabe si hasta un año".
"Se acostó en su cama y se quedó mirando la ciudad a lo lejos, la ciudad que quedaba cerca de la gruta donde él vivía".
"La ciudad con sus lucecitas titilando parecía…¿qué? Ah…parecía, parecía una estrella, no, no, parecía un montón de luciérnagas reunidas e una cesta, no, parecía…parecía… y…Monstrico se durmió".
"El hadita: ¿Ligerita?. Y, ¿qué es una cosa ligerita? ¿Una hoja".
"Una bola de algodón, la pluma de un pajarito, un sueño, y qué más?.
"Ligerita era un hada, o mejor dicho, una niña hada que vivía por ahí en ese mundo".
"Una niña que de tan bonita y alegre parecía un hada, y de tan juguetona parecía un chiquillo".
"Vivía metiéndose donde no debía".
"Un día se le ocurrió ser un pirata y nada más hablaba de piratas, sólo le agradaban los piratas, sólo los piratas eran bonitos".
"Y se vistió como un pirata, se subió al navío, agarro el catalejo y trepó a lo alto del mástil".
"Miró por el catalejo y veía, veía".
"Veía la ciudad allá lejos con sus lucecitas centelleando y pensaba que cada lucecita era una casa, que en cada casa había una familia tenía televisor".
¿Y lo tendrían?
"Ligerita no lo sabía, y siguió imaginando: que en cada casa habría por lo menos un niño o un niña, y eso era bueno. Ligerita entonces pensó que todas las lucecitas juntas, mirando una sola vez, eran su ciudad".
"Y la ciudad ¿Qué parecía?
"Ah… la ciudad parecía una estrella".
"No, no, más bien parecía un montón de luciérnagas reunidas en una fiesta".
"No, parecía, parecía…".
¿Les gustaría saber que parecía?
Vengan este jueves y descúbranlo. La entrada es libre. No falten.
Secretaría de Cultura/Casa de la Cultura de Cancún/Boletín de Prensa 2 febrero 2012/ casadelaculturadecancun@yahoo.com.mx
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