martes, noviembre 01, 2011

El día de Muertos y la Secularización de cementerios

Páginas de Historia
Por Raúl Espinosa Gamboa
El culto a los muertos se ha realizado de diversas maneras desde épocas remotas. Luego de la llegada de los españoles a América las costumbres de los pueblos precolombinos fueron modificadas bajo el influjo de la evangelización principalmente.
En México durante el período virreinal, se tuvo la costumbre de ser enterrados en el interior de los templos, y en las partes aledañas a los mismos, llamados Camposantos bajo la creencia de la resurrección y del Juicio Final. Estos espacios tenían un alto contenido de clase aunque producían malos olores y resultaban antihigiénicos. Ello dio pié a fines del siglo XVIII, que se dejen de hacer sepulturas dentro de los templos y posibilitó que los difuntos fueran enterrados en cementerios ubicados en lugares alejados de las poblaciones.
En la ciudad de México, junto a la Iglesia de San Fernando, en 1832 se comenzó la construcción del Panteón de San Fernando, pero los cobros para inhumar lo hicieron el panteón más caro de la ciudad.
En 1833, una epidemia de cólera obligó al gobierno a abrir los cementerios privados a la población en general, y el San Fernando se inicia como panteón público. Debido a su ubicación, el Panteón de San Fernando por ser, además,  limpio y ordenado, pronto se convirtió en el preponderante de las familias de clase alta y su testimonio se encuentra en las personas ahí sepultadas y el rango que ocupaba. Ello dio posibilitó a la apertura de otros panteones en distintos puntos de la ciudad, como los de Campo Florido, Los Angeles, La Piedad y San Antonio de las Huertas, ya desaparecidos.
El 31 de julio de 1859, el gobierno de Juárez expidió la

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El Panteón de San Fernando después sufrió diversas modificaciones hasta que en 1935, fue declarado monumento histórico, siendo el 31 de mayo del 2006 cuando se convirtió en sitio de museo, a cargo de la Secretaria de Cultura del Distrito Federal.
En París, en el Cementerio de Montparnasse, se encuentra la tumba de Porfirio Díaz frecuentemente visitada.
Otros panteones como el Cementerio General de Mérida, está ubicado donde fue la ex hacienda San Antonio Xcoholté dedicada a la introducción de ganado. Empezó funcionar, según se puede constatar, luego del triunfo de la república sobre el imperio de Maximiliano.
En ese panteón existe una educada distribución social y por sectores de las sepulturas. Destacan entre estas La Rotonda de los Socialistas Ilustres, encabezados por la tumba de Felipe Carrillo Puerto, sus hermanos, así como funcionarios de su gobierno fusilados el 3 de enero de 1924; el de su hermana Elvia, una de las primeras mujeres electas diputadas fallecida el 18 de abril de 1965. Frente a la Rotonda se encuentra el nicho de Alma Reed, (la célebre Peregrina) marcando el 20 de noviembre de 1966 como la fecha de su deceso.

fuente: Raúl Espinosa raesgam@yahoo.com.mx
la Ley de Secularización de los Cementerios la nación lograba el derecho de disponer libremente de lugares para la inhumación de las personas físicas, independientemente de sus creencias religiosas o políticas.
Ley de Secularización de los Cementerios, por la que cesaba la intervención del clero en la administración de estos, pasando a manos del Estado a la vez que se prohíbe inhumación en los templos quedando bajo vigilancia del poder público. Entraría en vigor en 1860, al finalizar la Guerra de Reforma, siendo después declarado Panteón de Hombres Ilustres. En 1872 es sepultado en San Fernando don Benito Juárez; su mausoleo fue construido por Decreto del Presidente Porfirio Díaz en estilo neoclásico, de mármol y cantera.

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