"Las semillas y los cuentos"
La Biblioteca Pública de la Casa de la Cultura en Cancún, invita a los niños de 6 a 13 años de edad para asistir al círculo de lectura el sábado 6 de octubre, a las 12 del día con la lectura "Las semillas y los cuentos", de la autoría de Verónica Molina e ilustraciones de Gloria Calderas.
Como es costumbre la bibliotecaria señora María Isabel Flota Medrano nos adelanta: "¿Hola? ¿Qué no me conoces? Pero, ¿Cómo?
¿Nunca has leído un cuento fantástico?
¿No? Entonces te contaré quién soy y la historia de los cuentos fantásticos.
Todo empezó hace ya algunos años. Yo vivía en un rancho, pero me la pasaba en el huerto vecino comiendo ricas nueces y manzanas jugosas.
El huerto era de un campesino llamado Juan.
Juan tenía varios hijos; el mayor, Pedro, manejaba el camión en donde transportaban la fruta y los pequeños árboles que vendían en los poblados cercanos.
Las hermanas de Pedro ayudaban en las labores de la casa y trabajaban en el huerto, ya fuera en la cosecha o sembrando manzanos, duraznos, peras, ciruelos y nogales.
Juan se dedicaba al cuidado de los árboles; con su experiencia podía decir si alguno estaba enfermo, necesitaba abono o tenía plagas.
Su sueño había sido encontrar un fruto nuevo; por eso, hacia toda clase de injertos, y de vez en cuando sembraba semillas traídas de lugares lejanos por los comerciantes que lo visitaban.
Un día sucedió algo inesperado: los dueños del rancho donde yo vivía se mudaron. Por eso decidí cambiarme al huerto de Juan.
No lo pensé dos veces, así que le avisé a mi familia y nos pusimos a buscar en dónde vivir, hasta que mi esposa encontró un hueco en el viejo roble. El hogar perfecto para una numerosa familia de ardillas.
Una tarde, un vendedor desconocido visitó a Juan.
Aquel hombre de aspecto extraño llevaba una gran variedad de semillas: grandes y chicas, gruesas y delgadas, lisas y ásperas, verdes y negras… Juan nunca había visto aquellos colores y formas y cuando preguntó de qué clase eran, el vendedor contestó simplemente que eran distintas.
¿Sería posible que se realizara su sueño de encontrar un nuevo fruto?
Entró en su casa muy emocionado pero a nadie le dijo su secreto.
A la mañana siguiente se levantó más temprano que de costumbre y se fue al huerto. Esa madrugada ya me había despertado así que pude observar cada uno de sus movimientos.
Primero limpió muy bien el terreno que había escogido, después hizo unos agujeros en donde colocó los granitos de colores y por último los cubrió con tierra".
¿Les gustaría saber que pasará?
Asistan este sábado y compartan el Círculo de Lectura para Niños. La entrada es gratis.
Secretaría de Cultura/Casa de la Cultura de Cancún/Boletín de Prensa 6 octubre 2012/ casadelaculturadecancun@yahoo.com.mx
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